Muchas familias puertorriqueñas están llegando a la Florida Central para rehacer sus vidas, empujadas por los daños devastadores que dejó el huracán Maríaen Puerto Rico y buscando un sitio seguro y que les devuelva ese sentido de tranquilidad y estabilidad para empezar de nuevo.
Se estima que al menos 100,000 boricuas podrían llegar a la Florida, estado con una gran concentración de puertorriqueños, para iniciar su nueva vida. Y no va a ser fácil adaptarse a ese cambio emocional y drástico que muchas familias experimentarán.
Sin embargo, ante esta situación, ya han comenzado los esfuerzos para facilitarles la transición a lo que se convertirá en el nuevo hogar. El gobernador de Florida, Rick Scott, quien visitó y llevó ayuda a Puerto Rico, anunció esta semana la declaración del estado de emergencia en Florida para ayudar en la recuperación de Puerto Rico y la creación de centros de alivio, uno en el Aeropuerto de Orlando (MCO) y otro en Miami (MIA).
“Con familias desplazadas por el huracán que han llegado y que continúan llegando a Florida, es crítico que nuestro estado esté preparado para proveer los recursos que ellos necesitan tan pronto lleguen”, expresó el gobernador.
Con esta orden ejecutiva se espera dar apoyo a las familias recién llegadas y Scott dijo que hay coordinación con FEMA para ofrecer servicios como asistencia de vivienda, consejería para crisis, asistencia de desempleo y ayuda legal.
Por otro lado, el congresista del Distrito 9 de Florida, Darren Soto, visitó la isla, y se impactó del daño que vio en el recorrido. “Las historias de Puerto Rico son verdaderas. Mucha gente esperando en filas por comida, agua y gasolina. Los contenedores están aún apilados en el puerto. La mayoría de la isla está sin servicio de celular o electricidad, especialmente en las áreas rurales como Utuado. Nosotros fuimos el único helicóptero en el aire, no camiones, no estaciones de alivio de FEMA. Sus historias deben ser escuchadas”, fue el mensaje del congresista Soto junto a una serie de fotos impactantes en su cuenta de Facebook.
Dejándolo todo y a empezar de cero
Así, la familia de la puertorriqueña Nathalia Cortez se extendió. Recibió en su casa en Kissimmee a sus familiares de Aguadilla: su padre, veterano de guerra con una condición médica; su madre, su hermana, María Cortez y su esposo Melvin González, ambos profesionales, y sus tres hijos de 15, 11 y 6 años.
Así, la familia de la puertorriqueña Nathalia Cortez se extendió. Recibió en su casa en Kissimmee a sus familiares de Aguadilla: su padre, veterano de guerra con una condición médica; su madre, su hermana, María Cortez y su esposo Melvin González, ambos profesionales, y sus tres hijos de 15, 11 y 6 años.
“Ya teníamos deseos de venirnos a vivir a Florida antes del huracán. Gracias a mi hermana que nos recibe en su casa, hay otros que no tienen dónde ir. Fue muy duro lo que nos tocó vivir en la isla. La criminalidad va a aumentar por la escasez de alimentos. Nuestros vecinos ya tenían pasajes para New York, otros para Florida y gente que se va a Maryland”, dijo María Cortés, maestra de profesión, quien dentro de sus primeras gestiones tenía el registrar a sus hijos en las escuelas del Condado Osceola, donde le piden a los estudiantes llegados de Puerto Rico su certificado de nacimiento.
Mientras, su madre Iris Quiñones dijo que no tiene entre sus planes regresar a Puerto Rico por la destrucción que vivió y la poca ayuda que vio en sus alrededores. Aunque su hija Nathalia Cortez viajó desde Orlando, tras el huracán, al no saber de sus familiares por la falta de comunicación en la isla y llegó a su casa por la noche con provisiones. “Yo no podía creer que mi hija había viajado como estaban las condiciones, nos abrazamos y lloramos. Estamos vivos es lo que cuenta”, contó Quiñones.
Entre tanto, para Natalia, que lleva años en la Florida Central, es el momento ideal para la reunificación de la familia sin haberlo planeado y luego de tantas lágrimas y angustias que padeció al no saber de ellos por muchos días tras el huracán María.
“Han sido días muy intensos para muchos como nosotros, pero, finalmente están aquí, gracias a Dios y vamos a salir adelante. Lo importante, es que estamos juntos”, dijo Cortez.
Por su parte, González espera encontrar un trabajo a tiempo completo que le permita salir adelante con su familia. “Nosotros los adultos podíamos sobrevivir, pero no los niños. No dormía bien, se nos quitó el apetito pensando en cómo conseguir gasolina, pasé largas horas para conseguir como muchos, pero si ya nos quedaba poca reserva de alimentos, que se los dejamos a mis padres”, dijo este puertorriqueño.
Entre tanto, la organización VAMOS4PR, con su campaña “Relieve*Rebuild”, busca que se elimine la deuda pública de Puerto Rico por completo para que la isla se enfoque en sus esfuerzos de reconstrucción.
Varios funcionarios electos y miembros de la comunidad hicieron un llamado a los legisladores para tomar acciones inmediatas para estar listos y atender la crisis de refugiados.
El senador del Distrito 15 de Florida, Víctor Torres, dijo que es necesaria la creación de centros de alivio a lo largo del estado para que las personas conozcan los recursos y servicios en cuanto a escuelas, empleos, ayuda con vivienda y asistencia médica, entre otras necesidades.
Para ello ha solicitado junto a otros legisladores una sesión especial urgente al gobernador para conseguir los fondos federales para esta causa.
“Hay muchos puertorriqueños que no pueden regresar a Puerto Rico por las condiciones malas y muchos que están llegando, debemos ayudarlos”, dijo el senador Torres.
Por su parte, Amy Torres, representante estatal del Distrito 48, se siente identificada con esta causa y dijo que trabajará en planes a largo: “entendemos sus sufrimiento, aún tenemos familia con la que no nos hemos comunicado aún en Puerto Rico. Me siento muy orgullosa de la generosidad maravillosa de nuestra gente hacia Puerto Rico. Tenemos que trabajar unidos, esto es algo humanitario, eso es lo que hay que ver, que es lo más importante”.
Exhortó a los recién llegados o a sus familiares a contactar las oficinas de sus representantes o congresistas para saber qué están aquí y cuáles son sus necesidades.
Entre los planes propuestos en esta reunión, el puertorriqueño Félix Migenis planteó la reciprocidad de licencias profesionales para facilitar que muchos profesionales puedan ejercer su profesión y contar con un salario digno para mantener a sus familias.
“El proceso se me ha hecho muy difícil, esto de renovar las licencias es un negocio. Hay que darle la oportunidad, tienen el conocimiento, la profesión y que lo pongan en práctica y aporten a su comunidad”, dijo Migenis, quien tiene una licencia interina de salud mental en Texas, pero que no ha podido revalidarla en Florida.
El sacerdote boricua José Rodríguez, de la iglesia Episcopal Jesús de Nazaret, en Orlando, abogó para que la comunidad apoye todos los esfuerzos ante la crisis humanitaria que viven los puertorriqueños.
“Florida es el lugar con más puertorriqueños en estos momentos, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Vamos a recibir a estudiantes que necesitan ser acomodados en las entidades, enfermos que necesitarán atención médica, familias con diferentes necesidades. Y queremos decirles: Orlando te da la bienvenida. Florida te está abriendo las puertas. La humanidad es primero y no la burocracia”, dijo.
Entre esas necesidades, para el consejero Jerry De Jesús está la de ayuda mental para las personas con depresión, ansiedad y que han llegado traumatizadas por lo vivido. “Hay dos diagnósticos que vamos a ver: desorden de ajustamiento, porque al sufrir un cambio drástico en la vida de estas personas pueden enfrentar problemas de depresión y ansiedad; y trastorno por estrés postraumático (PSTD). Y deben aprender a ajustarse a sus nuevas formas de vida porque puede causar mucho estrés en las familias”, advirtió.
Mientras, el abogado y exlegislador puertorriqueño Anthony Suárez dijo que la crisis en Puerto Rico ha descubierto la influencia de la diáspora puertorriqueña, a la que se van a sumarse cientos de miles de boricuas, especialmente en Florida, adonde llegaron el año pasado más de 80,000.
“Esto se puede duplicar, unos vendrán a Florida, por la conexión que tienen, porque cuentan con familias, están cerca de la isla y el ambiente saludable que ofrece a las familias. Sabemos que las escuelas no van a funcionar en unos meses, no va a ver luz, va a tomar tiempo restablecer y recuperarse. Si van a empezar de nuevo, las familias se van a mudar acá, es razonable”.
A su vez, precisó que la influencia de la diáspora en este tiempo es muy fuerte, con la presencia de los senadores y gobernadores de Nueva York y Florida para ir a Puerto Rico y decir presente y ayudar en estos tiempos de crisis.
“Se ha desarrollado un poder de la diáspora que está trabajando y ayudando a levantar a Puerto Rico”, dijo Suárez, presidente del Colegio de Abogados Puertorriqueños en Florida (PRBA).
Esta entidad ha puesto a la disposición de los recién llegados una línea de información para consulta legal con abogados tanto en Nueva York como en Florida para trámites en Puerto Rico como reclamos por daños a FEMA, certificados de nacimiento, propiedades y manutención de menores, entre otros. Algunos de esos servicios serán gratuitos a personas de bajos recursos.
De igual modo, la organización Latino Justice PRLDEF, con su iniciativa “Rebuilding Puerto Rico”, va a movilizar a abogados voluntarios bilingües para asistir a las familias en la isla y los afectados que lleguen a Florida y otros estados.
Proveerán ayuda para llenar formularios de asistencia, seguros y reclamos de otros beneficios. “Que pidan asistencia a organizaciones confiables y sometan sus aplicaciones a FEMA lo antes posible. Es importante que tengan a la mano sus documentos, los que tengan al alcance y los ayude en sus trámites”, dijo Kira Romero-Craft, abogada consejera de LatinoJustice PRLDEF.